En algunas
editoriales acostumbran a pedirle al autor una presentación escrita que detalle el público al que está dirigido el libro y cuál es el tamaño del nicho al que
apuntan. Seguramente, también piden cuáles son las características socioeconómicas
de los lectores. Esto sucede en el caso de los libros de autor, es decir cuando
el autor se acerca a la editorial con una propuesta de libro.
Cada editor
deberá evaluar los resultados de esta “ficha técnica” para determinar si el
proyecto es viable o no.
En caso de
decidir por editar un libro, el editor deberá supervisar principalmente dos
cuestiones importantes: la extensión y los plazos de entrega. Gill Davies en su
libro Estrategias para la construcción
del catálogo explica: “Lograr que el autor cumpla con los plazos de entrega
y con la extensión acordada es uno de los problemas más importantes que
enfrentan los editores. Esto es especialmente cierto en el caso de la edición
especializada, en que la escritura no suele ser el medio de vida de los autores.
Cuando sus ingresos dependen de su producción escrita, por razones obvias, los
autores son mucho más disciplinados respecto de ambos aspectos”.
En cuanto a
la extensión, el original puede ser demasiado corto o excesivamente largo. En
general los autores escriben más de lo que se pide, esto puede traer problemas
ya que el exceso de páginas aumenta el presupuesto de impresión por ende
aumenta el precio de venta. Cada editor debe saber cuál es el máximo que el
lector puede llegar a pagar por ese tipo de libro en particular.
La fecha de
entrega suele ser un conflicto importante. Puede pasar que los escritores se
tomen demasiado tiempo para entregar o no entreguen en las condiciones
correctas. Lo ideal, sugiere Davies, es anticipar los problemas. Esto significa
averiguar si el autor tiene otros compromisos, si las fechas que pactó son
realistas, determinar si entiende lo que significa para la editorial su retraso
en la entrega.
Todos estos
elementos deben constar en el contrato. También deben aparecer como cláusulas
las regalías, la distribución y la promoción. Algunas editoriales exigen cláusulas
como la de opción y la de ajuste. La primera de ellas, la de opción, establece
que el autor debe ofrecer a la editorial su próximo libro. La de ajuste implica
que las regalías aumenten con el volumen de las ventas.
A la hora
de pactar estas cuestiones, es necesario pensar cada punto con detenimiento.
Esto es importante para evitar problemas que pueden causar pérdidas financieras
y de tiempo. Como suele decirse: “Es preferible prevenir que curar”.