Mario Muchnik nació en Buenos
Aires en 1931. Es editor e inventor junto con su padre de las famosas recetas
de cocina “paso por paso”. En su libro Lo
peor no son los autores, cuenta cómo llegó su padre a dar con esta fórmula:
“Descubrió en ellas [en las revistas de mi madre] las recetas de cocina, intentó
comprenderlas, no lo logró, pidió papel y lápiz y formuló, puede que por
primera vez en la historia, una nueva manera de redactarlas: ‘el paso a paso’.
La fórmula era sencilla: todas las operaciones debían estar en estricto orden
cronológico; cada operación debía terminar con un punto y aparte”.
Entre las experiencias que narra en este volumen, se encuentra
la que hace referencia a su paso por las diferentes ediciones de la feria de
Frankfurt: “Un personaje desde hace algunos años habitué de la feria es el yuppy.
Puede ser consejero delegado, director administrativo o asesor legal, el hecho
es que no ama necesariamente los libros, su única lectura asidua es la de la
cuenta de explotación. […] Para el yuppy
la feria no ofrece en definitiva ningún interés. Al contrario: solo le sirve
para luego, de regreso en la empresa, dar ejemplos de lo que se le antoja
editoriales y grupos que funcionan mejor, y acicatear a los editores de su
empresa agitando flamantes líneas literarias que ‘habría que estudiar’, ‘que
explorar’. Mientras dura la feria, el yuppy
suele aburrirse como se aburren los editores que se aburren”.
Con cierto grado de nostalgia asegura que la feria no es lo que
era en su comienzo, sostiene que los temas han cambiado y que “ya no son los
libros sino las ‘operaciones’, los negocios que marean y la adquisición de un
gran grupo por otro”.
“No tengo idea de por qué este libro se vende tanto. No tengo
idea de por qué cualquier best seller se vende tanto. No tengo idea de por qué
otros libros no se venden. No tengo idea de por qué alguien compra un libro, el
que sea. Me sorprende cuando soy testigo de un acto tan noble. Un best seller
aporta mucho dinero a una editorial. Sería fatal creer que un best seller puede
mantener a flote una editorial para siempre”, explica Muchnik, quien, con su
trayectoria y experiencia todavía no puede explicarse cómo funciona la mente de
los lectores.
Como última reflexión, una frase que puede aplicarse en
diferentes aspectos del ámbito editorial, y por qué no, de la vida: “La
prudencia es la madre de todas las virtudes; el exceso de prudencia puede ser
la madre de todas las derrotas”.