Los capítulos
cuatro y cinco del libro de Gill Davies Gestión
de proyectos editoriales (Fondo de cultura económica, 2005) repasan los
diferentes problemas que pueden surgir entre el autor y el editor y a lo largo
del proceso de edición una vez adquirido el original.
Davies
propone hacer un seguimiento al autor, presionarlo un poco para que se tome en
serio las fechas de entrega y evitar retrasos, ya que, si este se retrasa, todo
el proceso también lo hace y causa, en la mayoría de los casos, una pérdida
económica. “En el momento de acordar los términos y condiciones del contrato,
diseñe un sistema de comunicación que sea cómodo para ambas partes. [...] Pero
recuerde que tal seguimiento no consiste solamente en controlar el cumplimiento
de los plazos, sino también en encontrar formas de apoyar al autor en su tarea”,
sugiere Davis, quien además sostiene que muchos autores piden ayuda al editor
para que lo oriente en el proceso de escritura y revise la solidez del texto. También
recomienda la autora tener un cronograma “oficial” y uno “paralelo” con las
fechas pautadas y las fechas probables de entrega calculando los posibles
retrasos.
Una vez
recibido el original, este debe pasar por la corrección de estilo. Sin embargo,
Davis asegura que antes de esa recepción el editor debe asegurarse de que el
autor haya pedido las autorizaciones pertinentes por los textos o imágenes
usados que pertenecen a otro autor, ya que la obligación de pedir estos
permisos recae sobre el autor. Una vez terminado esto, se realiza la corrección
que debe ajustarse a la hoja de estilo que tiene la editorial, pero teniendo en
cuenta que si el autor pide alguna palabra en particular que esté fuera de esta
hoja, el corrector debe hacer este cambio. Siempre hay que controlar que el
manuscrito esté completo, sin ningún faltante y con una escritura clara que se
ajuste al pedido previamente hablado con el editor.
Otro
aspecto muy importante es la promoción, por este motivo Davis hace unas
recomendaciones especiales a quienes van a redactar estas gacetillas
publicitarias:
-
Empezar
con una afirmación fuerte
-
Redactar
sin errores gramaticales
-
Escribir
un texto breve y coherente
-
Dar
al libro un tono firme y convincente. No hay que tenerle miedo a “vender” el
libro.
Parte del
proceso de edición es la definición de la cubierta y el interior, por eso el
editor debe dedicar mucho de su atención a este trabajo y determinar qué tanta
opinión le debe dar al autor. “Lo más sabio es hablar con el autor antes de la
tapa de diseño acerca del tipo de cubierta que le gustaría. Si existen
verdaderas restricciones presupuestarias, déjele perfectamente en claro que no
hay recursos ilimitados para derrochar. Procure descubrir cuál es la impresión
del autor, y cuáles los mensajes que él piensa que deberían estar presentes”,
sugiere.
La cubierta
tiene que ser atractiva desde el punto de vista del marketing, un aspecto muy
importante que debe ser hablado en profundidad con esta área. En todos estos
procesos, desde que ingresa el original hasta que se tiene el libro terminado y
listo para la venta, el editor debe estar atento a no herir susceptibilidades del
autor, pero sin dejarse llevar por sus antojos y su desconocimiento del
mercado. Estará en la habilidad del editor caminar por la línea floja y superar
los diferentes obstáculos que pueden surgir a lo largo de la edición.
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