jueves, 13 de noviembre de 2014

El rol del diseñador


El diseño es una parte fundamental en la industria del libro. Empezando por la tapa de los libros como por los interiores. El diseño también puede ayudar a construir una imagen sólida para una editorial. En las entrevistas que tuvimos en las clases del seminario, uno de los invitados, el editor de Bestia equilátera, comentó que como decisión editorial eligieron que todas las tapas estén hechas por el mismo diseñador para mantener una misma línea y un mismo estilo. El diseño es lo que le da vida al libro, ayuda a su materialidad, a que sea legible y atractivo.

En su libro Creación, diseño y producción de libros, Andrew Haslam (Blume, 2007) hace un recuento de cómo la imagen ayuda al texto y lo complementa. Muestra los distintos juegos que se pueden hacer con una buena estructura y jerarquía, también qué partes de la página necesitan destacarse y cuáles no. A su vez nos enseña el esquema correcto de paginación y en qué orden deben ir las páginas preliminares.
En el capítulo ocho, “Estructura editorial” repasa la grilla de paginación, el índice de contenidos, el foliado y los diferentes signos que se utilizan para notas al pie y glosarios. También analiza el uso de citas textuales como destacados (generalmente usado en publicaciones periódicas), los epígrafes y la aplicación en la maqueta de mapas y modelos que tienen tipografía pequeña para las explicaciones.


Diferentes maquetas complejas




El capítulo nueve, “Comunicar a través de la imagen”, repasa el uso de los gráficos y de todos los esquemas que contengan información e imagen complementaria. También se analiza el uso de mapas e instrucciones.

Libro con maqueta compleja. Conviven texto, imágenes, gráficos y esquemas. 
Lo que queda en claro en el libro de Haslam es que el diseño y el texto van de la mano en un 50-50 a la hora de armar un libro. El texto sin maqueta no es atractivo y el diseño sin texto carece de contenido, estos dos elementos se complementan para formar un libro atractivo y funcional para el lector. Es una de las tareas del editor trabajar con el diseñador y comunicarle la idea y qué es lo que pretende del libro para que la maqueta sea presentada de la mejor manera posible al receptor final. El ejemplar terminado debe ser una fusión y un maridaje entre el texto y la imagen, ambos deben reflejarse mutuamente. 

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